- Dr. Christian Isaac Hernández Martínez

- 24 nov
- 4 Min. de lectura
La reinstalación intestinal, también conocida como restablecimiento de tránsito intestinal o reconexión intestinal, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para reconectar el intestino después de haber tenido una colostomía o ileostomía. Su objetivo es permitir que las heces vuelvan a pasar de forma natural por el intestino hacia el recto y el ano, eliminando la necesidad de una bolsa de ostomía.

¿Cuándo se necesita una reinstalación intestinal?
Este procedimiento se indica cuando:
El paciente ha tenido una cirugía previa que requirió una ostomía temporal (por cáncer, obstrucción intestinal, perforación o enfermedad inflamatoria).
El intestino y el recto han sanado adecuadamente y es posible restablecer el tránsito.
No hay infecciones, inflamación activa ni problemas que impidan la reconexión.
Evaluación antes de la cirugía
Antes de la reinstalación intestinal, el especialista puede solicitar:
Colonoscopia para evaluar el estado del intestino.
Estudios de imagen (tomografía o resonancia).
Exámenes de laboratorio para asegurar que el paciente esté en condiciones óptimas para la cirugía.
¿Cómo se realiza la reinstalación intestinal?
Generalmente se lleva a cabo mediante cirugía abierta o laparoscópica.
El cirujano reconecta los extremos del intestino (anastomosis) y cierra la abertura de la ostomía.
El tiempo quirúrgico puede variar, pero suele durar entre 1 y 3 horas, dependiendo de la complejidad.
Recuperación después de la cirugía
La hospitalización dura entre 3 y 7 días en la mayoría de los casos.
Es normal presentar cambios en el hábito intestinal durante las primeras semanas.
El especialista puede indicar una dieta blanda y progresiva, así como medicamentos para controlar el dolor y prevenir infecciones.
La recuperación total puede tomar de 4 a 6 semanas.
Posibles riesgos
Aunque es un procedimiento seguro en manos expertas, puede haber riesgos como:
Infecciones.
Fugas en la zona de la anastomosis.
Obstrucción intestinal.
Sangrado.
Conclusión
La reinstalación intestinal permite recuperar la función normal del intestino y mejorar significativamente la calidad de vida de quienes han tenido una ostomía temporal. Si requieres una valoración o una cirugía de reinstalación intestinal, acude con el Dr. Christian Hernández, especialista en cirugía general, quien te brindará un diagnóstico preciso y el tratamiento quirúrgico más adecuado para tu caso.
¿Qué pasa si no me opero la vesícula? Riesgos, complicaciones y por qué no debes retrasar la cirugía
Los problemas de vesícula —especialmente los cálculos biliares— son una de las principales causas de consulta en cirugía general. Muchos pacientes sienten miedo o dudas sobre la cirugía y prefieren “esperar a ver si se quita solo”, pero no operarse a tiempo puede provocar complicaciones graves que incluso ponen en riesgo la vida.
Este blog te explica de manera clara qué sucede cuando retrasas la cirugía y por qué es importante atender el problema antes de que avance.
¿Qué son los cálculos en la vesícula?
Son pequeñas piedras formadas por colesterol o bilis endurecida. Pueden permanecer sin síntomas por un tiempo, pero cuando comienzan a obstruir los conductos biliares, aparece dolor intenso, inflamación y riesgo de infección.
¿Qué pasa si no me opero la vesícula? Principales riesgos
1. Cólico biliar recurrente (dolor que vuelve una y otra vez)
El dolor de vesícula no desaparece por arte de magia. Con el tiempo, los episodios se vuelven:
Más intensos
Más frecuentes
Más prolongados
Esto afecta la calidad de vida y puede aparecer después de cualquier comida, especialmente comidas grasosas.
2. Colecistitis aguda (vesícula inflamada o infectada)
Cuando un cálculo bloquea completamente el conducto, la vesícula se inflama. Esto provoca:
Fiebre
Náuseas
Vómitos
Dolor fuerte bajo las costillas derechas
La colecistitis requiere cirugía urgente y hospitalización.
3. Pancreatitis (inflamación del páncreas) – una de las más peligrosas
Si una piedra migra al conducto pancreático, puede desencadenar pancreatitis aguda, una condición grave que puede poner en riesgo la vida. Los síntomas incluyen:
Dolor intenso que se irradia a la espalda
Náuseas
Vómitos
Distensión abdominal
La pancreatitis puede dejar secuelas o requerir cuidados intensivos.
4. Ictericia (piel y ojos amarillos)
Cuando el flujo de bilis se bloquea, esta se acumula en la sangre y provoca ictericia. Es una señal de alarma que no debe ignorarse.
5. Infecciones severas de las vías biliares
Una infección del sistema biliar puede convertirse rápidamente en una sepsis, una complicación potencialmente mortal.
6. Riesgo de complicaciones mayores durante una cirugía tardía
Operar la vesícula en etapa temprana es más seguro. Si se complica, la intervención puede:
Ser más difícil
Requerir hospitalización prolongada
Tener mayor tiempo de recuperación
Por eso no se recomienda esperar a que pase “otro ataque”.
¿La cirugía de vesícula es segura?
Sí. La operación más común es la colecistectomía laparoscópica, un procedimiento mínimamente invasivo que ofrece:
Recuperación más rápida
Menos dolor
Cicatrices pequeñas
Regreso a actividades en pocos días
Es la opción más efectiva y definitiva para evitar complicaciones.
Conclusión
No operarse la vesícula cuando ya hay cálculos, dolor o inflamación puede resultar peligroso. Los riesgos incluyen infecciones, pancreatitis, ictericia e incluso complicaciones graves que requieren atención urgente. La cirugía laparoscópica es un procedimiento seguro y oportuno que evita que el problema avance.
Si necesitas una valoración o requieres cualquier tipo de cirugía general, el Dr. Christian Hernández puede brindarte un diagnóstico preciso y un tratamiento seguro para tu bienestar.








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