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Las personas con diabetes o hipertensión que necesitan someterse a una cirugía requieren cuidados especiales. Estos padecimientos no impiden que una operación se realice con éxito, pero sí aumentan algunos riesgos si no se controlan adecuadamente antes, durante y después del procedimiento.

En este blog te explicamos de forma sencilla cuáles son los riesgos y qué cuidados son necesarios para lograr una recuperación sin complicaciones.

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¿Por qué es importante tener precauciones especiales?

Tanto la diabetes como la hipertensión afectan el funcionamiento del cuerpo y su capacidad para sanar. En el caso de la diabetes, los niveles altos de glucosa dificultan la cicatrización y aumentan el riesgo de infecciones. Por otro lado, la hipertensión puede generar problemas durante la anestesia o provocar sangrados en el postoperatorio si no se mantiene bajo control.

Por eso, el cirujano y el equipo médico debe valorar estos factores antes de programar cualquier procedimiento quirúrgico.


Riesgos más comunes en pacientes con diabetes o hipertensión

  • Retraso en la cicatrización de heridas

  • Mayor riesgo de infecciones

  • Descompensación de glucosa o presión arterial durante la cirugía

  • Complicaciones cardiovasculares en el quirófano

  • Mayor tiempo de recuperación postoperatoria

Estos riesgos no significan que la cirugía sea peligrosa, sino que debe manejarse con cuidado, preparación y seguimiento especializado.


¿Qué cuidados deben seguirse?

  • Controlar la enfermedad antes de la cirugía

Es fundamental que el paciente tenga la diabetes o hipertensión bien controlada en los días previos. Esto puede implicar ajustar medicamentos o dieta, y realizar estudios preoperatorios específicos.

  • Comunicar todos los medicamentos que se toman

Algunos fármacos para controlar la glucosa o la presión pueden interferir con la anestesia o los medicamentos quirúrgicos. El médico ajustará la dosis o hará cambios temporales si es necesario.

  • Monitoreo durante la cirugía

Durante el procedimiento, se monitorean los niveles de glucosa y presión en todo momento para evitar descompensaciones. Esto reduce riesgos y permite actuar de inmediato ante cualquier cambio.

  • Seguimiento cercano después de la cirugía

Tras la operación, el control de glucosa o presión debe continuar de forma estricta. También es importante cuidar la herida quirúrgica, seguir la dieta recomendada y asistir a las revisiones médicas.


Conclusión

Tener diabetes o hipertensión no significa que no puedas operarte. Significa que se necesita una evaluación y preparación más detallada para que todo salga bien. Con un especialista experimentado y el seguimiento adecuado, es posible tener una cirugía exitosa y una recuperación segura.

Si padeces alguna de estas condiciones y necesitas cirugía, te recomendamos acudir con el Dr. Christian Isaac Hernández Martínez, especialista en cirugía general. Quien te guiará en todo el proceso con profesionalismo y atención personalizada.


 
 
 

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